UNA
BREVE Y REAL HISTORIA. (RELATO VAMPIRICO)
CAPÍTULO VII
Primera parte: Viaje
a Polonia.
En el Capítulo
anterior: "... había una guardia de ocho soldados, mandados
por un korporal der Wache..."
EL TUNEL.
CONSTRUCCIÓN.
Edwind von Wulf,
Conde de Nacht, tenia contactos importantes por casi toda Europa.
Pero también tenía otros contactos no tan influyentes, dedicados al
pillaje y vandalismo a los que acudía cuando necesitaba le
realizasen algún trabajo oscuro. Como bien decía: "Amigos
hasta en el Infierno..."
Durante la
restauración de su castillo medieval de Flakker, construcción
fortificada situada en un elevado cerro,el conde Nacht, tenía un
proyecto en mente: la realización de un túnel desde el castillo
hasta mas allá de las laderas del cerro, para caso de salida
precipitada o evacuación forzosa del castillo.
Para ello, hizo un
viaje a Polonia, al Voivodato de Rawa. Allí tenia un amigo que le
debía varios favores: el Voivoda (Gobernador) de la región. Este,
de nombre Alojzy Warikowicz, era un siniestro personaje sin
escrúpulos que manejaba el Voivodato de forma tirana ya su
conveniencia.
El encuentro del
Conde con el Voivoda en la residencia oficial de éste, transcurrió
de la siguiente manera:
- Señor Conde, qué
le trae por mi pequeño reino (riéndose y con cierto servilismo) y
en que tengo el honor de serle útil?
- Alojzy, -respondió
el Conde- es una visita de cortesía a un buen amigo como eres tu.
Más si quiero pedirte algo sencillo. Pero eso lo hablaremos más
tarde y en privado.
-Como su excelencia
desee, amigo Edwind (tratándolo por su nombre de pila). Ordenaré
que le indiquen sus aposentos. Después de la cena, y ya en privado,
me comentará el motivo de su visita.
El Voivoda dió las
instrucciones oportunas para que el Conde fuese atendido y alojado
como se merecía, en las mejores dependencias para huéspedes de su
lujosa residencia.
El Conde y su
pequeño séquito, acompañaron al Mayordomo y los criados, que
portaban su limitado equipaje, hasta los aposentos que el Voivoda les
había elegido el el Ala Sur de la majestuosa Residencia.
Hasta la hora de la
cena, tenia un margen de tiempo para descansar y ponerse ropa
adecuada para el momento. Realmente el Conde no necesitaba descansar,
pues los vampiros no lo precisaban, pero debía guardar las
apariencias. Ni el Voivoda ni nadie conocían su verdadero aspecto y
circunstancia de vida.
FIN DE LA PRIMERA
PARTE
DEL CAPÍTULO VII.
CONTINUARA.
Madrid, a 14 de
Enero de 2.014
Tony Garal.
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@TonyGaral
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