UNA BREVE Y REAL
HISTORIA.
CAPÍTULO VI
En el Capítulo
anterior: “... En aquella localidad, Armand de Chavanal, el
Vampiro....”
EDWIN VON WULFF,
CONDE DE NACHT.
En Austria,
concretamente en Zwettl, el señor Chavanal, era conocido como Edwin
von Wulff, Conde de Nacht. Allí, entre sus propiedades se encontraba
su residencia, el Castillo Medieval de Flackker, que había sido
reconstruido totalmente y convertido en un lujoso Palacio, propio de
un Rey.
Para encargarse de
sus tierras y propiedades, que incluían también tres villas, el
señor Conde, tenia un Verweiser (Administrador o Regente), que se
ocupaba del fiel seguimiento de su capital.
El conde de Nacht,
era muy apreciado por sus súbditos, ya que no se sentían ni
oprimidos, ni esclavizados y les cobraba unos justos tributos.
Su castillo, estaba
situado estratégicamente en un elevado cerro fortificado, con dos
únicas entradas opuestas y vigiladas por los soldados del Cuerpo de
Guardia Condal. Desde aquella elevada altura, se podía observar una
gran parte una gran parte de las propiedades del Conde Nacht. Al
mando de la Guardia de unos 125 hombres, estaba un Chef Oberst
(Coronel Jefe) y otros Jefes menores, ademas de la soldadesca. Para
su defensa, entre varios tipos de armas de la época, también
disponían de doce cañones de largo alcance y otros ocho de tiro
medio o corto. Cinco por cada uno de los cuatro lados que formaban el
rectángulo de la fortificación. Desde el castillo, y camuflado en
el amplio sótano-bodega, partía un profundo túnel, al que se
acedia por una puerta secreta, disfrazada por un enorme cuadro
metálico, pintado con motivos de la vendimia, y que daba entrada a
una gran sala apuntalada con granito desde la que se accedía a una
empinada y amplia escalera de caracol y un extraño aufstieg
(ascensor) ideado por el conde, que funcionaba por una rara
combinación de poleas y aceite vegetal pesado (hidráulico) y que
descendía unos trece metros, hasta otra amplia sala también
entibada en granito. Desde allí, partía un amplio y bien iluminado
túnel (con atochas escalonadas) que bajaba en espiral, a lo largo
del cerro, hasta el sótano de una construcción que servia de
almacén, caballeriza y guarda carros de transporte y un par de
coches de tiro. En la amplia edificación, totalmente construida en
piedra, siempre había una guardia de ocho soldados, mandados por un
korporal der Wache (Cabo de guardia).
Fin del Capítulo
VI.
CONTINUARA.
Madrid, a 3 de
Diciembre de 2.013
Tony Garal.
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