lunes, 9 de diciembre de 2013

UNA BREVE Y REAL HISTORIA. CAPÍTULO VI



UNA BREVE Y REAL HISTORIA.

CAPÍTULO VI

En el Capítulo anterior: “... En aquella localidad, Armand de Chavanal, el Vampiro....”

EDWIN VON WULFF, CONDE DE NACHT.

En Austria, concretamente en Zwettl, el señor Chavanal, era conocido como Edwin von Wulff, Conde de Nacht. Allí, entre sus propiedades se encontraba su residencia, el Castillo Medieval de Flackker, que había sido reconstruido totalmente y convertido en un lujoso Palacio, propio de un Rey.
Para encargarse de sus tierras y propiedades, que incluían también tres villas, el señor Conde, tenia un Verweiser (Administrador o Regente), que se ocupaba del fiel seguimiento de su capital.
El conde de Nacht, era muy apreciado por sus súbditos, ya que no se sentían ni oprimidos, ni esclavizados y les cobraba unos justos tributos.
Su castillo, estaba situado estratégicamente en un elevado cerro fortificado, con dos únicas entradas opuestas y vigiladas por los soldados del Cuerpo de Guardia Condal. Desde aquella elevada altura, se podía observar una gran parte una gran parte de las propiedades del Conde Nacht. Al mando de la Guardia de unos 125 hombres, estaba un Chef Oberst (Coronel Jefe) y otros Jefes menores, ademas de la soldadesca. Para su defensa, entre varios tipos de armas de la época, también disponían de doce cañones de largo alcance y otros ocho de tiro medio o corto. Cinco por cada uno de los cuatro lados que formaban el rectángulo de la fortificación. Desde el castillo, y camuflado en el amplio sótano-bodega, partía un profundo túnel, al que se acedia por una puerta secreta, disfrazada por un enorme cuadro metálico, pintado con motivos de la vendimia, y que daba entrada a una gran sala apuntalada con granito desde la que se accedía a una empinada y amplia escalera de caracol y un extraño aufstieg (ascensor) ideado por el conde, que funcionaba por una rara combinación de poleas y aceite vegetal pesado (hidráulico) y que descendía unos trece metros, hasta otra amplia sala también entibada en granito. Desde allí, partía un amplio y bien iluminado túnel (con atochas escalonadas) que bajaba en espiral, a lo largo del cerro, hasta el sótano de una construcción que servia de almacén, caballeriza y guarda carros de transporte y un par de coches de tiro. En la amplia edificación, totalmente construida en piedra, siempre había una guardia de ocho soldados, mandados por un korporal der Wache (Cabo de guardia).

Fin del Capítulo VI.
CONTINUARA.

Madrid, a 3 de Diciembre de 2.013
Tony Garal.

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