UNA BREVE Y REAL
HISTORIA
CAPITULO III
En el Capítulo
anterior: ... estos Vampiros Bipolares... personas adineradas...
Disfrutaban de lo que vulgarmente llamamos una vida muelle...
Ella:
Ella
era de origen francés. Había nacido en París en el año 1.780, en
el seno de una familia noble, ya que era hija de los Barones de
Montauban, sobrinos de los Duques de Le Bignon, con residencia en la
Corte Parisina.
Cuando
se inició la Revolución Francesa en 1.789, Ella, Madeleine de
Saint-Just, a la sazón tenia nueve años. Era una niña de estatura
más bien alta, algo desgarbada, y lucia un bonito cabello rubio oro,
que parecía tejido con rayos de sol...
Su
padre, Jacques de Saint-Just, era el Barón de Montauban. Pero no
residía en Palacio (Versalles), como sus tíos los Duques de Le
Bignon.
Poseían
un pequeño pero lindo palacete a las afueras de París, a orillas
del Sena. Llevaban una vida tranquila y desahogada carente de
problemas económicos. Su padre, el Baron de Montauban, era un
conocido hombre de letras en los círculos intelectuales parisinos,
pero no parecía muy apreciados por algunos, debido su pertenencia a
la nobleza francesa, algo de lo que el nunca presumía.
Armand
Chavanel era el amigo por excelencia de la familia Saint-Just. Era un
intelectual de apariencia despistada, como ausente, y de una
extravagancia rayana en lo inusual. Era un hombre alto y de
complexión fuerte, de agradable apariencia. Persona muy afable,
sonriente y amable con todo el mundo, pero en especial con las damas,
por las que sentía una gran admiración, regalándolas con un
exquisito trato. Ni que decir tiene que estas se rifaban su amistad y
sus deliciosos favores.
Monsieur
Chavanel era una persona bastante misteriosa para sus conocidos, en
cuanto a sus origenes y a su família. El decía que habia nacido en
el antiguo territorio francés de ultramar de Luisiana, concretamente
en la ciudad de Nueva Orleans, y que sus padres fueron unos ricos
hacendados en aquella región. A la muerte de estos, sucedida en un
terrible incendio de su mansión, éste que era hijo único, vendió
todas sus pertenecías en el Territorio de la Luisiana y trasladó su
residencia a París, comprando a las afueras de la ciudad un bien
conservado castillo medieval propiedad de un marques caído en
desgracia...
Su
mirada fija y profunda, intimidaba de tal manera a la gente, que
nadie se atrevía a hacerle preguntas impropias e inoportunas.
La
pequeña Madeleine sentía una gran devoción por este hombre al que
llamaba cariñosamente tio Armand.
Y,
ciertamente, el señor Chavanal adoraba a esta linda niña y la
quería como si efectivamente fuese su sobrina carnal.
Fin
del Capitulo III
CONTINUARA...
Madrid
a 18 de Noviembre de 2.013
Tony
Garal.
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@TonyGaral
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