UNA BREVE Y REAL
HISTORIA.
CAPÍTULO IV
En el Capítulo
anterior: “...el Señor de Chavanal adoraba a esta linda niña....
como si fuese su sobrina carnal...”
FRANCIA:
Sublevación del
Pueblo, Revolución y caída de la Monarquía: llega la República.
En Francia, y más
concretamente en París, corrían tiempos difíciles en aquel
entonces. El Reino se vio involucrado en varias guerras europeas de
la fecha, por medio de alianzas de conveniencia. Pero de donde
verdaderamente salió mal parado fue de los territorios de Ultramar,
en su guerra contra Inglaterra y defendiendo a los Estados Unidos de
Norteamérica en su independencia de la metrópoli inglesa. Si bien
en esta guerra salieron victoriosos, siendo Inglaterra la gran
perdedora, las arcas del Estado francés quedaron muy maltrechas.
La Monarquía se vio
obligada a subir los Impuestos y recaudar más para poder continuar
con su holgada y esplendida vida de lujo y comodidad.
El Pueblo, que ya
estaba bastante oprimido, no acogió esta nueva tropelía real con
agrado, sino con protestas y negaciones. Pero donde verdaderamente
los ánimos estaban revueltos era en La Asamblea Nacional. Esta
estaba compuesta por los miembros de los Estados Generales, siendo el
Primer Estado el integrado por la Nobleza. El Clero -cómo no- era
quien constituía el Segundo Estado y la Burguesía, a su vez el
Tercer Estado.
El 5 de Mayo de
1.979, se reúnen en Versalles los Estados Generales, pero el 17 de
Junio el Tercer Estado se declara como el único integrante de la
Asamblea Nacional, dejando en claro que desde ese momento no
representan a las clases pudientes o Burguesía, sino al Pueblo en
si.
Su primera actuación
fue votar los Derechos del Hombre y del Ciudadano. La Monarquía,
opuesta a la Asamblea, cerró todas las salas donde esta se reunía.
Los asambleístas tuvieron que elegir un nuevo edificio para sus
reuniones, siendo un local próximo llamado Jeu de Paume (Juego de
Pelota), donde la Aristocracia iba a jugar a la pelota. Allí fue
donde se creo lo que se conoció como Juramento del Juego de la
Pelota, prometiendo no separarse
hasta dar a Francia una Constitución.
Algunos
miembros de la Nobleza y también del bajo clero se unieron a la
Asamblea.
Días
después el Rey ordenó el traslado a París y Versalles de grandes
contingentes de tropas militares. El Pueblo, tanto en París
como en otras ciudades y localidades de Francia, dio grandes muestras
de apoyo a
la Asamblea, pues ya detestaban a la Monarquía. El 9 de Julio la
Asamblea se auto nombró como Asamblea Nacional Constituyente.
El
14 de Julio, el Pueblo se echó a la calle y asaltaron la Fortaleza
de la Bastilla. La revolución estaba en marcha y poco le quedaba
de gloria a la Monarquía...
Fin
del Capítulo IV.
CONTINUARÁ
Madrid
a 29 de Noviembre de 2.013
Tony
Garal.
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@TonyGaral
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